Por los Quintos de Mora


El domingo 18 de Marzo los 15 que habíamos hecho la reserva nos fuimos a los Quintos de Mora. La mañana estaba algo fresca y con algo de aire, aunque no llegaba a ser muy molesto.
El primer tramo, no muy exigente, nos sirvió para calentar, recorriendo caminos por zonas adehesadas de encinas, quejigos, pino piñonero, jaras y romeros, en donde pudimos ver un grupo de ciervos. El segundo tramo es lo más bonito de la ruta. Atraviesa el valle de la Peña, zona de bosque mediterráneo con rebollos, quejigos, encinas, madroños... Tras una subida continuada de 5 km. que hizo que el grupo poco a poco se fuera estirando, llegamos al helipuerto. Desde aquí algunos subimos a la torreta de vigilancia de incendios, situada a 1.070 m, desde donde disfrutamos de una espectacular vista de las rañas de Quintos de Mora, Las Navas y El Molinillo. Esta subida, de unos 1.100 m de longitud, tiene una pendiente media del 10% con dos rampas del 15%., que nos hizo sudar la gota gorda. Desde el helipuerto, y tras reponer fuerzas, continuamos la ruta creyendo que ya era todo bajada. Pues no, aún continuaríamos subiendo hasta alcanzar la cota de 1.040 m. Después de llegar a La Tablilla, iniciamos una pronunciada bajada hasta El Común (a 400 m) en donde pudimos refrescarnos con una estupenda agua de manantial, mientras Eusebio intentaba hacer la foto del grupo. Desde aquí cogimos un carreterin asfaltado que después de una pequeña subida hasta el collado de Abdón dio paso a un descenso hacia el valle a toda pastilla hasta llegar a los coches. Al final nos salieron poco más de 47 Km. Como siempre no nos hemos librado de averías: un pinchazo y una rotura de cadena. Pero lo mejor vino al final: Miguel al llegar a los coches se dio cuenta que no traía la mochila, ¿a ver dónde coño la ha dejado, con la cartera, las lentillas…? Menos mal que estaban los guardas y le acompañaron en el patrol a buscarla. Miguel te perdonamos que nos tuvieras casi una hora esperándote en el control, que nos tuviéramos que tomar las cervezas deprisa y corriendo. Pero no se si nuestras mujeres te perdonan que llegáramos a casa a comer cerca de las cinco y media, je, je…

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